Y él me dijo: " Enoc, para qué me preguntas por el perfume de ese árbol y para qué quieres saber la verdad?".
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Entonces, yo, Enoc, le respondí así: "Deseo aprender de todo, pero especialmente acerca de este árbol".
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Y él me contestó diciendo: Esta montaña alta que has visto y cuya cima es como el trono de Dios, es su trono, donde se sentará el Gran Santo, el Señor de Gloria, el Rey Eterno, cuando descienda a visitar la tierra con bondad.
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"No se permite que ningún ser de carne toque este árbol aromático, hasta el gran juicio cuando Él se vengará de todo y llevará todas las cosas a su consumación para siempre, pero entonces será dado a los justos y a los humildes.
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"Su fruto servirá como alimento a los elegidos y será transplantado al lugar santo, al templo del Señor, el Rey Eterno.
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Entonces ellos se regocijarán y estarán alegres; entrarán en el lugar santo y la fragancia penetrará sus huesos; y ellos vivirán una larga vida, tal y como la que sus antepasados vivieron. En sus días no los tocará ningún sufrimiento ni plaga ni tormento ni calamidad."
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Entonces bendije al Dios de la Gloria, al Rey Eterno, porque había preparado tales cosas para los humanos, para los justos. Estas cosas Él las ha creado y ha prometido dárselas.
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